Aunque en la mayoría de las cortes Alemanas en el siglo XVII estaba la moda de la ópera italiana, poco a poco se fue creando una ópera nacional, especialmente en el norte. El centro más importante era Hamburgo, donde se inauguró en 1678 el segundo teatro de ópera europeo.
La versión alemana de la ópera era el singspiel, una obra teatral con música. En muchas de estas obras se utilizaba la palabra hablada en lugar del recitativo, y cuando se empleaba el recitativo, se imitaba el italiano. Además de la influencia italiana, también se hizo sentir la francesa. Los rasgos específicamente alemanes se manifestaron en el estilo melódico de las arias que solían presentar la forma de canciones estróficas.
El principal compositor fue Reinhard Keiser (1674-1739), que escribió más de cien obras. En cuanto a la temática y planificación general de las óperas, los libretos se parecen a los de las óperas venecianas, aunque, a diferencia del estilo italiano que concentra el interés en la melodía, Keiser utiliza una textura polifónica plena. Otros rasgos del compositor son la percepción de la naturaleza y el empleo de combinaciones variadas de instrumentos orquestales, que "compiten" con la voz en melodías independientes.
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